sábado, 24 de julio de 2010

A caballo (¿de Troya?) regalado no se le miran los dientes

Sigo con el tema de la presencia militar en el país a pesar de la tentación para despotricar contra puertas mágicas que viajan en el tiempo desde el siglo XII hacia el XXI, la fascinación pública y hasta oficial que causan ciertas partes de cadáveres que nos visitan desde tierras lejanas, y la cercanía de la masiva divinización y culto a una piedra volcánica esculpida en forma de mujer hace siglos por algún astuto misionero ávido de nuevas ovejas...

Me voy a privar de esos temas, para referirme a la inminente visita de nada menos que el USS Iwo Jima a nuestras costas del Caribe. Pero no se asusten!, este poderoso portaaviones, que ha visto la acción liberadora de los "marines" en las guerras de Iraq y Afganistán, viene con nobles propósitos de ayuda humanitaria, como por ejemplo, entregarle nada menos que mil ositos de peluche a los habitantes de la zona de Talamanca!

Me ha sorprendido, de forma no precisamente grata, el beneplácito que mis conciudadanos le dan a la presencia de militares y sus enormes máquinas de muerte, y el poquísimo cuestionamiento que se ha dado en este tema. Y no los culpo del todo. Dos factores han sido decisivos para que hoy, la Costa Rica sin ejército se abra de piernas a una militarización que viene disfrazada de oveja, pero que estoy seguro, trae los dientes bien afilados, probablemente mirando hacia el sur.

Uno es el miedo. Nos bombardean a diario con cuerpos mutilados, "ajusticiamientos", toneladas de droga incautada, imágenes de masacres en la guerra que se libra en México, queriéndonos convencer de que Costa Rica se va a convertir en un escenario "ciudad Juarez" (aunque la situación sea, desde casi todo punto de vista, distinta). Crean un clima de terror y a la vez de indefensión, cuyo resultado es que poco a poco la población, asustada e impotente (con propuestas para incrementar aún más esa impotencia) vaya comprando la idea de que la militarización equivale a seguridad. En la burbuja que somos, sin ningún interés por informarnos si esto es en realidad así en otros países del mundo (quizás por no ser pueblos tan felices como nosotros ... ), lo creemos sin cuestionarnos.

Y es que es curioso, que las autoridades que hoy se quejan de la paupérrima situación de nuestra policía y su incapacidad para hacerle frente a la delincuencia y al narco, llevan décadas en el poder y no muestran un verdadero interés por cambiar las cosas, más allá de las promesas de campaña y platos de babas sin planes de acción concretos.

El segundo factor (y que es el que más me repugna) es el aprovechamiento de las evidentes necesidades de las comunidades que por años han sido desatendidas, para ir creando en nuestra mente la imagen del militar bienhechor que de forma desinteresada viene a hacerse cargo de las tareas que el inútil Estado ha descuidado. ¿Quien en su sano juicio podría oponerse a la asistencia médica gratuita, a la entrega de suministros y a la construcción de escuelas? Solamente un miope seguramente...

Pues este miope tiene algunas preguntas:
  • Existiendo muchas organizaciones de ayuda humanitaria civiles en los EEUU, ¿por que estas tareas vienen a ser ejecutadas por personal militar, en embarcaciones pesadas de guerra? Si hubiera un verdadero interés en ayudarnos, nos podrían hacer llegar esa colaboración por vías mucho menos sospechosas.
  • ¿Por que mezclan la operación "Promesa Continua" con el acuerdo de patrullaje conjunto? (ley 7929 en nuestro país). ¿Que tiene que ver la lucha contra el narco, para lo cual fue que supuestamente se autorizó la entrada de todas esas naves de guerra, con la ayuda humanitaria?
Para mi es claro que este tipo de operaciones, con todo y el beneficio que traen a mucha gente que necesita de esos servicios y cuidados (y que debería recibirlos del Estado!) no son más que maneras solapadas de mantener una presencia militar contínua en la región (ver por ejemplo los casos de Perú y Nicaragua). Una especie de "el fin justifica los medios" benevolente. Pero como bien lo dijo un exembajador nuestro en los EEUU: ¡No hay almuerzo gratis!

lunes, 12 de julio de 2010

Acertada oposición a un disparate

Debo reconocerle a la iglesia católica de El Salvador lo que considero un acierto: oponerse al disparate aprobado recientemente por el congreso de ese hermano país, para que se haga una lectura obligatoria de la biblia en las escuelas, según ellos, para combatir la violencia. Y digo disparate por varias razones: en un país que se hace llamar laico como El Salvador, tal cosa no tiene cabida, y así fue señalado por la institución. Es simplemente un irrespeto por la diversidad de ideologías. Otra historia sería si al lado de citas seleccionadas de la biblia cristiana, se leyeran también otros textos, religiosos y seculares, con mensajes igualmente valiosos. Por ejemplo, los libros de Carl Sagan quizás serían mas efectivos para la tarea.

También, por más buenas intenciones detrás de la medida, es innegable que la biblia está plagada de violencia, machismo, genocidio justificado, esclavitud, xenofobia, etc. Incluso el nuevo testamento. Ejemplos sobran.

Desde luego, hay otras razones que deben también señalarse (y así lo hacen ellos mismos), y es que la iglesia católica desde siempre ha considerado que tiene el monopolio de la interpretación de este libro.

En cualquier caso, aplaudo esta postura, y espero que el presidente Funes vete esa ley.

viernes, 9 de julio de 2010

Costa Rica abre las puertas a la militarización

El pasado primero de julio, la Asamblea Legislativa, aprobó, de manera apresurada y sin más debate que la protesta de unos cuantos diputados opositores, una solicitud del gobierno de los Estados Unidos para el ingreso de hasta 46 buques de guerra capaces de transportar cientos de aeronaves de combate y miles de soldados. La solicitud se hizo en el marco de la ley 7929 de 1999, que es un acuerdo de la cooperación para suprimir el tráfico ilícito entre ambos países.

Esta aprobación es, ni más ni menos, el final de más de 60 años de tradición pacifista y antimilitarista de nuestro país. Los días en que los costarricenses nos jactábamos de que por nuestras calles nunca veíamos soldados se acabaron, y lo que es peor, estos soldados serán extranjeros. La posición líder de nuestro país a nivel internacional en el campo de la lucha por el desarme de las naciones se debilita y nuestra credibilidad se reduce al permitir la presencia de semejante fuerza militar en nuestro territorio.

Una vez más la estrategia del miedo surte efecto; se bombardea a la población con noticias e información que crean un clima de terror para que esté dispuesta a ceder ideales y libertades. Con la excusa de la lucha antidrogas se autoriza hoy la entrada de una flota que más parece de invasión que de patrullaje conjunto. ¡Bien harían los Estados Unidos en utilizar su flota para vigilar sus propias fronteras y territorios, pues son ellos los principales consumidores de la droga que pasa por aquí!

Quienes defienden esto quieren hacernos creer que las cosas son en blanco y negro, como el actual comisionado antidrogas, Mauricio Boraschi, quien en la supuesta aclaración sobre los alcances de la autorización dijo: "...es preferible que transiten por el país soldados estadounidenses antes que sicarios o traficantes de drogas." Ni lo uno ni lo otro. Su visión me parece lamentable y simplista, al estilo del discurso del ex presidente estadounidense George W. Bush en su justificación para su guerra contra el terrorismo.

No estoy menospreciando el grave problema del narcotráfico, no soy anti-estadounidense, ni tampoco me opongo al acuerdo de patrullaje conjunto, pero no estoy dispuesto a renunciar a mi herencia antimilitarista, que como ciudadano costarricense es de lo que más valoro. La lucha militarizada contra el narcotráfico ya ha probado ser poco efectiva en países con fuerzas armadas propias como Colombia y México, en donde la población civil e inocente, es la que más sufre víctima del fuego cruzado. Aquí hay mucho por hacer en el ámbito civil y judicial, por ejemplo, combatir con firmeza la corrupción de jueces que liberan a los narcotraficantes capturados, y la implementación de programas de protección de testigos que sean efectivos y propicien la denuncia por parte de la población.

Preocupan también los términos en los que se da la autorización, pues entre las condiciones que pidió la embajada estadounidense para la entrada de sus tropas están "disfrutar de libertad de movimiento y el derecho de realizar las actividades que considere necesarias en el desempeño de su misión", además, "...los reclamos de terceros que surjan de las actividades de la operación, deberán ser referidos al supuesto gobierno responsable para que estos sean resueltos según las leyes de dicho gobierno". Esto es inconstitucional, pues los reclamos de terceros, es decir, de nosotros los ciudadanos costarricenses, deberán presentarse en los Estados Unidos y bajo las leyes de ese país. Además, los actos ilícitos que cometan estas tropas en nuestro territorio quedarán fuera de nuestra jurisdicción.

Ni siquiera dentro de su propio país, los soldados estadounidenses gozan de tal libertad de acción, y aquí, los diputados liberacionistas, del movimiento libertario, y un mal llamado "cristiano" les dan un cheque en blanco. Algunos de ellos incluso, quisieron justificar su voto diciendo que los soldados vendrían a "ayudar en tareas humanitarias" y a "construir escuelas". Señores diputados, un helicóptero de ayuda humanitaria no necesita portar misiles capaces de destruir cualquiera de nuestras ciudades, ni para construir escuelas se necesitan ametralladoras.

Insto a todos las ciudadanas y ciudadanos a que no caigamos en la trampa de la estrategia del miedo que hoy usan en nosotros para abrir las puertas a la militarización del país. Hoy es esto, mañana nos van a querer convencer de que es necesario volver a formar el ejército. ¡No lo permitamos!

(*) Publicado en La Prensa Libre 09/07/2010
(**) Publicado en Semanario Universidad 14/07/2010
(***) Publicado en La Nacion 16/07/2010
(****) Este articulo fue respondido en La Nación por el comisionado antidrogas, Mauricio Boraschi.

martes, 6 de julio de 2010

¿Para que sirven los ejércitos?


La pregunta es retórica. Mi respuesta es: para nada (positivo al menos).

He tenido la dicha de nacer y crecer en un país sin ejército, en donde la guerra y los soldados solo se ven en las películas, y quizás por eso mi posición es tan radical en este tema. Cuando les hago esta pregunta a personas de otros lugares, sus respuestas siempre son combinación/variantes de:


  • Para defendernos de una posible invasión.
  • Para apoyar en tareas de rescate.
  • Para tareas humanitarias.
  • Para combatir al narcotráfico
Desde mi posición particular doy mi opinión. Los ejércitos solo tienen una razón de ser: la guerra. Pretender justificar su existencia en tiempos de paz para otras cosas me parece un absurdo. Los soldados se entrenan para ser duros, para matar, para obedecer sin cuestionar órdenes. Para tareas humanitarias y de rescate no se necesitan helicópteros ni aviones con armamentos capaces de aniquilar ciudades, para construir escuelas y puentes no se necesita cargar granadas ni ametralladoras. Para combatir el narco se necesita más que la fuerza bruta de las armas; se necesita inteligencia, se necesita confianza de la población para denunciar, se necesitan valores, integridad y ética que sean inculcadas desde pequeños. Se necesita desincentivar el consumo en los lugares destino de toda esa droga, no mandar flotas a los lugares de tránsito.

El gasto inmenso que conlleva mantener una estructura militar sería mucho mejor utilizado en educación y salud, en equipos de rescate civiles bien entrenados para salvar vidas, no para quitarlas, en helicópteros de rescate, no en Blackhawks. En un cuerpo policial civil bien entrenado y bien pagado. En cultura y en deporte en las zonas más alejadas donde el narco echa raíces ante el abandono de los gobiernos.

En zonas tan conflictivas históricamente como nuestra América Latina, han habido 10 golpes de Estado por cada invasión de la que haya habido que defenderse, al menos en el último siglo. Los ejércitos se han usado por el poder de turno para reprimir la disidencia, para quitar y poner gobiernos, para callar la crítica, para alimentar la millonaria industria de las armas de los países más poderosos de la Tierra que son los únicos ganadores de toda esta locura.

La paz más que un estado es un ideal que no se mantiene con amenazas mutuas entre vecinos que se enseñan todo el tiempo los dientes, compitiendo para ver quien tiene los mejores tanques, los misiles de mayor alcance o los rifles más efectivos. La paz es un ideal al que se aspira por medio del diálogo, de la resolución pacífica de conflictos, de la cooperación y de unas condiciones domésticas que permitan a su población superarse. No se puede vivir en un estado perpetuo de paranoia, pensando que en cualquier momento un ejército del país vecino cruzará las fronteras para invadir mi territorio. Sale más barato, económica, social y humanamente, mantener canales de diálogo abiertos de forma permanente entre los países, aprovechar las ventajas estratégicas compartidas para el desarrollo de todos.

Si el presupuesto que se ha usado en la guerra para controlar los territorios hoy ricos en petróleo, se hubiera usado en investigación y en ciencia, quizás ya hubieramos desarrollado alternativas energéticas sostenibles a largo plazo y amigables con el ambiente. Se hubieran curado el montón de enfermedades que hoy nos matan, se hubiera erradicado el hambre y hubiera sobrado para haber colonizado ya el sistema solar!

Soy un idealista a pesar del pesimismo que muchas veces me invade, sobre todo en estos tiempos en que veo a mi país y a mis conciudadanos, renunciar al ideal de paz que por más de 60 años nos ha hecho ser un ejemplo para el mundo, un pequeño oasis de antimilitarismo en un mundo de carreras armamentísticas y de conflictos absurdos entre hermanos. En nosotros, los ciudadanos de todos los países, está la clave del futuro. En empezar a tomar responsabilidad y dejar de delegarle todo el poder a los políticos, que no siempre (¿casi nunca?), hacen de los intereses comunes la razón de ser del trabajo que se les encomienda.

No dejemos que el miedo nos haga renunciar a nuestros ideales y empecemos a darle significado a lo que ser ciudadano significa.

domingo, 4 de julio de 2010

Gobierno se contradice sobre militarización de lucha antidrogas

Este domingo, el ministro de seguridad y el comisionado antidrogas, "aclararon" los alcances de la autorización de entrada de tropas estadounidenses en La Nación. Sin embargo, en mi opinión, su aclaración más bien confirma todos mis temores. Me preocupan especialmente las palabras del comisionado antidrogas:

"Boraschi recalcó que es preferible que transiten por el país soldados estadounidenses antes que sicarios o traficantes de drogas".

Queda claro que dentro de poco veremos soldados estadounidenses, uniformados, haciendo operativos en nuestras calles. Y con la claúsula de libertad de acción y movimiento que se les aprobó, podemos esperar cualquier cosa. Valga decir que sobre estas cláusulas, ni el ministro, ni el comisionado, ni la presidenta, dijeron NADA.

Esa manera casi maniqueísta de ver las cosas se me parece muchísimo al discurso del expresidente estadounidense Bush en donde pone las cosas en blanco y negro. Yo no quiero ver sicarios y traficantes de drogas en las calles de mi país (noticia: ya están ahí!), pero tampoco quiero ver soldados, y mucho menos, extranjeros. Esto no es más que la aplicación de la tan efectiva estrategia del miedo, para hacer que la población ceda ideales (como el del pacifismo y el antimilitarismo) y libertades individuales con tal de sentirse un poco protegidos.

También en su "aclaración" justifican el arribo de las decenas de naves de guerra y miles de soldados, según ellos en que estas naves estarán bajo las órdenes del servicio de guardacostas de los EEUU, pero, ¿a quien responde el servicio de guardacostas? ¿A una autoridad civil como lo estipulaba el preámbulo de la ley 7929 del acuerdo de patrullaje conjunto? O a las fuerzas armadas de ese país?

¿Pero que podemos esperar de la militarización de esta lucha? Resultados no muy diferentes a los que ya se obtienen en México y en Colombia, en donde los civiles inocentes son las mayores víctimas del fuego cruzado.

Hoy, 4 de julio, los Estados Unidos celebran su día de la independencia, mientras que nosotros vemos irse al caño el ideal de paz de don Pepe Figueres al abolir en ejército hace más de 60 años.

Insisto, ¿que seguirá después? ¿la propuesta de volver a conformar un ejército?

¡NO LO PERMITAMOS!

¿Que podemos hacer los ciudadanos para revertir esta decisión y de paso pedir que se revise este acuerdo de patrullaje conjunto que hoy se usa como excusa para abrir las puertas de la presencia militar en el país?
  • Presentemos recursos de amparo. Esta aprobación no solo viola uno de los ideales más importantes de la sociedad costarricense: el antimilitarismo, sino que las cláusulas otorgadas violan nuestra Constitución al eximir de responsabilidad ante nuestros tribunales a los militares estadounidenses que cometan faltas, como ya lo han hecho en repetidas ocasiones en otros paises. Este es el texto de mi recurso de amparo presentado el viernes anterior, por si les sirve de algo. El procedimiento es muy sencillo: lleven su documento (y una copia), firmado, con sus argumentos a la Sala Constitucional, en el edificio principal de los tribunales de Justicia en San José centro y preséntenlo. El trámite no les lleva más de 10 minutos.
  • Es necesario presentar acciones de inconstitucionalidad, que quizás sean más efectivas que los recursos de amparo. Argumentos sobran, pero el trámite lleva mas formalismos y requiere ser certificado y elaborado por un abogado con conomiento en la materia
  • Presentemos denuncias ante la Defensoria de los Habitantes. Esto puede hacerse de manera electrónica mediante este formulario.
No nos quedemos con los brazos cruzados mientras permitimos que Costa Rica copie estrategias que ya se han mostrado inefectivas en otros lugares y que traen un costo social y democrático tan alto, como lo es militarizar el país.

viernes, 2 de julio de 2010

Costa Rica autoriza ocupación militar!

Como si el intento de auto-aumento no hubiera sido suficiente para dejarnos claro el calibre de padres (y madres) de la patria que tenemos, hoy las y los diputados, 39 de ellos, especialmente los del Partido Liberación Nacional, Movimiento Libertario y, como no, uno de los "cristianos," aprobaron la ocupación militar de nuestro país. Pero bueno, como se juega la final del mundial, no importa verdad?

Así como lo oye. Los días en que nos jactábamos de ser un pais sin militares, que nuestros niños no tendrían nunca que ver soldados en nuestras calles se acabaron. Nuestros ilustres legisladores otorgan libertad de movimiento y acción a las tropas estadounidenses (hasta 7000 de ellos), con tal de que "cumplan su misión", que no podía ser otra que el combate al narcotráfico. Por que todos sabemos que con la militarización de esta lucha se logran excelentes resultados! Que lo digan México y Colombia ...

La Nación, El Pregón y Nuestro País han sacado sendas notas, explicando en detalle los tipos de naves de guerra a los que se autorizaron entrada durante los próximos 6 meses, y permanencia de 1 año. Pero lo más grave es esto:

"El personal de los Estados Unidos en Costa Rica podrá disfrutar de libertad de movimiento y el derecho de realizar las actividades que considere necesarias en el desempeño de su misión"

"...además el Gobierno de Costa Rica renuncia a presentar cualquier reclamo por daño, pérdida o destrucción de la propiedad de otro, lesiones o muerte del personal de ambos que surgieran de las actividades..."

Esto NO lo podemos permitir. Aún como simples ciudadanos, tenemos que hacer algo. Por medio de facebook se esta organizando una recolección de firmas en una petición para que se revierta esta decisión. No puede ser que sucumbamos a la intimidación y el miedo que un problema real como lo es el narcotráfico significa, pero que puede abordarse desde muchas otras perspectivas que no sean la vía militar y que se han mostrado inefectivas en tantos otros lugares. No podemos renunciar al ideal de paz y antimilitarismo que es uno de los pilares de la identidad costarricense, permitiendo que miles de tropas extranjeras se paseen a su antojo por nuestro país.

Hago un llamado a las pocas personas que puedan leer esto a oponerse por todos los medios de que dispongan, no nos crucemos de brazos mientras esta partida de 31 inútiles y traidores (en este punto cualquier respeto que le tuviera a l@s diputados se ha esfumado) tiran a la basura más de 60 años de tradición. Quiero ver a las universidades y a los sindicatos apelando al rescate de la soberanía nacional. Si algo ha ameritado hacerlo, es esto.

Y es que, que vendrá después de ese año? Cuando pase el tiempo y el narcotráfico siga igual, van a lavarnos el cerebro para que accedamos a formar nuevamente un ejército?

No lo permitamos!

Finalmente, a las y los diputados de Liberación Nacional, a la presidenta Chinchilla y al Ministro de Seguridad les digo que tengan un poquito de verguenza y cambien el nombre de su partido para que respeten la memoria y la obra de don Pepe que uds sistemáticamente están haciendo pedazos.