jueves, 4 de marzo de 2010

Ministros ejemplares apoyan una causa justa

Semanas atrás, los ministros Maria Luisa Ávila, Leonardo Garnier, Roberto Gallardo, María Elena Carballo y Marco Vinicio Ruiz presentaron al presidente Arias en Consejo de Gobierno, una petición emanada de ciudadanos usuarios de redes sociales. La petición consistió en que el presidente convoque a sesiones extraordinarias de la Asamblea Legislativa, el proyecto de ley #16390, conocido como "Sociedades de Convivencia", el cual busca otorgarle a las parejas de personas del mismo sexo, un conjunto muy básico de derechos, sobre todo enfocados en la parte patrimonial, y que en absolutamente nada atentan ni contra la familia tradicional ni contra los valores costarricenses. El presidente se manifestó anuente a hacerlo (desde antes de ser electo en 2006 él se había pronunciado a favor de la idea) y dijo que buscará el mejor momento para presentar la convocatoria.

Esta acción es admirable, da un verdadero ejemplo de democracia del siglo XXI al demostrar que ciudadanos de a pie son escuchados y tomados en cuenta por sus representantes, por medio del uso de nuevas tecnologías. Y no solo eso, si no que las ministras y ministros referidos comparten la visión de que este es un proyecto justo, necesario y urgente. Y por este apoyo hoy son perseguidos y "denunciados" con campos pagados costosísimos que publican sus fotografías cual criminales en fuga, al mejor estilo de la época de la "santa" Inquisición. Pues los ministros deben saber que no están solos, somos muchas y muchos los que los apoyamos y admiramos por su valentía. No tendremos millones para dilapidar de la forma en que lo hace este grupo, que se dice a favor de la "familia y la vida" (¡como si quienes apoyáramos a la comunidad homosexual y su causa estuviéramos contra estas!), pero estamos a su lado y deben saberlo.

En este caso particular, la preocupación nace a partir de la noticia de un eventual referendo sobre este tema que grupos conservadores han impulsado y cuyo trámite está ya en fase de revisión de firmas por parte del TSE. Dicho referendo sería una vergüenza para nuestro país y nuestra democracia. Sería poner a una mayoría desinformada, llena de prejuicios y vilmente manipulada con sus más sagradas creencias, a votar para restringirle derechos -que no le afectan- a una minoría largamente discriminada. ¿Qué hubiera pasado si derechos hoy tomados como básicos, como el voto femenino, o la abolición de aberraciones como la esclavitud, hubieran sido sometidos a referendo en tiempos en que solo hombres y blancos votaban?

Este referendo sería desproporcionado (los sectores que hoy se oponen están muy bien financiados, a diferencia de los grupos ciudadanos que apoyan la causa) y solamente va a llevar a una nada deseable polarización de nuestra sociedad, en momentos que se requiere diálogo y unidad para enfrentar graves problemas que si nos afectan a todos.

Este proyecto debe continuar su trámite en la Asamblea Legislativa, en donde ya ha sido discutido y modificado tomando en cuenta diversos criterios, incluso de los mismos sectores que hoy lo quieren enterrar, haciendo vil uso de una herramienta democrática. Por esto, al igual que los ejemplares ministros que nos apoyaron, pido al presidente Arias que cuanto antes haga esta convocatoria.

(*) publicado en La Prensa Libre en respuesta a un horroroso y medieval campo pagado en La Extra de parte de un grupo ultraconservador llamado "Observatorio ciudadano por la vida y la familia"