El abogado Fernando Zamora, en su artículo del 7 de febrero titulado ¿Una nación sin identidad?, refiriéndose a la posibilidad de que Costa Rica se convierta en un Estado laico - esto es, independiente de cualquier organización o confesión religiosa- expresa su preocupación de que tal transformación implique la pérdida de nuestra identidad como nación. Para el abogado, la identidad costarricense es judeocristiana, dejando de lado elementos históricamente importantes como lo son tradiciones africanas, chinas, e indígenas, estas últimas muy anteriores a la llegada de los conquistadores españoles y a la violenta imposición de su credo y cultura.
Un Estado laico de ninguna manera pretende borrar el pasado, tan solo insinuar eso demuestra ignorancia ante el concepto. Un Estado laico es aquel que es neutral en asuntos religiosos, pero garantiza la existencia de cualquier credo que sea respetuoso de los derechos humanos. Todos los ciudadanos, creyentes y no creyentes, son tratados por igual y mantienen intacta su libertad de conciencia. No favorece ni perjudica en absoluto ninguna institución religiosa, y las decisiones del gobierno se toman sin injerencia de la religión, caso contrario a lo que sucede actualmente en nuestro país.
Como lo demuestran diversos estudios y sondeos publicados recientemente, la religión católica no cuenta ya con esa mayoría absoluta que podría haber justificado en algún momento la actual confesionalidad que el Estado costarricense declara en el artículo 75 de la Constitución, muchísimos grupos cristianos alternativos surgen y ganan adeptos de forma acelerada, y al mismo tiempo, un creciente porcentaje de la población se declara no afiliada a ningún grupo religioso. Ante la globalización cultural, el mayor acceso a la información y el contacto de los costarricenses con otras culturas y tradiciones, esta tendencia parece ser irreversible. La pregunta es entonces, ¿no es conveniente que nuestro país asuma una actitud neutral en cuanto a confesionalidad religiosa, en donde cualquiera que sea la tendencia dominante en el futuro, se garantice constitucionalmente la libertad de conciencia como solo un Estado laico puede hacerlo?
Por otra parte, el abogado adereza su artículo con una buena dosis de afirmaciones irresponsables con la clara intención de relacionar negativamente el concepto de laicidad con las terribles guerras y matanzas perpetradas por regímenes autoritarios que nada tienen que ver con el ideal de neutralidad religiosa del gobierno y libertad de culto que por definición constituyen al Estado laico. Algunos de estos regímenes asesinos reemplazaban a un Dios sobrenatural por uno de carne y hueso en la figura de sus líderes, por ejemplo, Hitler y Stalin, mientras que otros, como el de Franco en España y Palevic en Yugoslavia, contaron con todo el apoyo y complicidad de la jerarquía de la Iglesia Católica (la más grande institución religiosa organizada representante de la tradición judeocristiana).
Manipular conceptos y la historia para la conveniencia de la ideología propia, como lo hace el abogado Zamora, era una de las prácticas preferidas de estos regímenes en los que sin ningún fundamento real nos advierte que nos convertiremos.
Un Estado laico de ninguna manera pretende borrar el pasado, tan solo insinuar eso demuestra ignorancia ante el concepto. Un Estado laico es aquel que es neutral en asuntos religiosos, pero garantiza la existencia de cualquier credo que sea respetuoso de los derechos humanos. Todos los ciudadanos, creyentes y no creyentes, son tratados por igual y mantienen intacta su libertad de conciencia. No favorece ni perjudica en absoluto ninguna institución religiosa, y las decisiones del gobierno se toman sin injerencia de la religión, caso contrario a lo que sucede actualmente en nuestro país.
Como lo demuestran diversos estudios y sondeos publicados recientemente, la religión católica no cuenta ya con esa mayoría absoluta que podría haber justificado en algún momento la actual confesionalidad que el Estado costarricense declara en el artículo 75 de la Constitución, muchísimos grupos cristianos alternativos surgen y ganan adeptos de forma acelerada, y al mismo tiempo, un creciente porcentaje de la población se declara no afiliada a ningún grupo religioso. Ante la globalización cultural, el mayor acceso a la información y el contacto de los costarricenses con otras culturas y tradiciones, esta tendencia parece ser irreversible. La pregunta es entonces, ¿no es conveniente que nuestro país asuma una actitud neutral en cuanto a confesionalidad religiosa, en donde cualquiera que sea la tendencia dominante en el futuro, se garantice constitucionalmente la libertad de conciencia como solo un Estado laico puede hacerlo?
Por otra parte, el abogado adereza su artículo con una buena dosis de afirmaciones irresponsables con la clara intención de relacionar negativamente el concepto de laicidad con las terribles guerras y matanzas perpetradas por regímenes autoritarios que nada tienen que ver con el ideal de neutralidad religiosa del gobierno y libertad de culto que por definición constituyen al Estado laico. Algunos de estos regímenes asesinos reemplazaban a un Dios sobrenatural por uno de carne y hueso en la figura de sus líderes, por ejemplo, Hitler y Stalin, mientras que otros, como el de Franco en España y Palevic en Yugoslavia, contaron con todo el apoyo y complicidad de la jerarquía de la Iglesia Católica (la más grande institución religiosa organizada representante de la tradición judeocristiana).
Manipular conceptos y la historia para la conveniencia de la ideología propia, como lo hace el abogado Zamora, era una de las prácticas preferidas de estos regímenes en los que sin ningún fundamento real nos advierte que nos convertiremos.
*publicado en La Nación el 18 de febrero de 2009 - http://www.nacion.com/ln_ee/2009/febrero/18/opinion1878641.html
** este artículo es una respuesta a este: http://www.nacion.com/ln_ee/2009/febrero/07/opinion1867249.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario