viernes, 19 de agosto de 2011

Cuando de hablar paja no pasamos

Tengo una anécdota que compartir, sin mencionar nombres porque no viene al caso, pero que tiene moraleja.

Un (ex)contacto en Facebook postea una foto y me etiqueta en esta. La foto en la parte superior tiene una imagen de Joseph Ratzinger (el papanatas), y abajo un chiquillo somalí hecho un puño de huesos. Es una crítica diciendo que la plata que los españoles van a gastar en la visita del tipo (varios millones de euros) podrían donarse a esta gente que padece hambre. Pues bueno, yo como costarricense no me siento en posición de criticar como se gasta el dinero del estado español. Si la visita fuera a Costa Rica y fueran plata de mi Estado, lo más probable es que si protestaría, que las visitas de los líderes religiosos se la financien sus propios fieles, no con plata pública. Pero no es el caso.

Entonces, en los comentarios de la foto (en la que repito, fui etiquetado, lo que básicamente significa que se me invita a opinar) le pongo a esta persona que más allá de criticar, tenemos la posibilidad real de hacer una donación a varias instituciones que trabajan en eso, como la UNICEF. Para eso le puse el link respectivo. Pues bueno, mi sorpresa es que el comentario que puse me fue borrado. Increíble. Al parecer solo es aceptable cagarse en el papa y en la religión, pero es pecado sugerir ayudar, un off-topic demasiado imperdonable.

Si ya de por si me parece de lo más hipócrita e inútil el ponerse a criticar y no actuar teniendo la posibilidad de hacerlo aún con un aporte pequeño para solucionar la situación que se critica, me parece realmente patético el ni siquiera tolerar que se haga la sugerencia. De verdad que a veces la línea que divide a los ateos de los cristianos más fundamentalista es tan delgada que se hace invisible. Caemos en las mismas actitudes que criticamos, y ni siquiera nos damos cuenta de eso.

¿Hablar paja solo por hablar paja? no gracias, no me interesan ese tipo de contactos.

martes, 16 de agosto de 2011

Sobre la "marcha de las putas" y sus actores

Primero que todo aclarar, no formé parte de la organización de este evento ni pude asistir por compromisos familiares. Cualquier cosa que opine se basa en lo que he visto en medios, crónicas de asistentes, fotos y videos. Por lo general no opino sobre eventos en los que no participo, me parece irresponsable hacerlo, pero en este caso, me brinco mi propia regla porque hay varios aspectos que quisiera resaltar para el futuro (estoy seguro que esto apenas comienza).

La Marcha y sus motivos

Cuando el 1ero y 2 de agosto leí sobre las (supuestas) declaraciones del obispo Ulloa y de su colega mexicano, lo primero que pensé (y opiné) fue: "Si no les gustan los mandatos de una religión, entonces no la sigan. ¿Que esperaban de un cura en una misa el día de la virgen, que promoviera el uso del condón femenino?" Aunque la idea es válida, la opinión que di en ese momento fue apresurada y simplista.

No fue un simple sermón en una misa cualquiera. Las palabras de ambos se dieron en medio de una multitudinaria festividad que reune las 3 patas del trípode del poder: el político, el religioso y el (seudo)militar, con amplia (y cansina) cobertura de los medios de comunicación. El mensaje del cardenal mexicano, instando básicamente a la mujer a limitarse a su papel tradicional de ama de casa para no imitar a los hombres es una ofensa para las mujeres a quienes tanto les ha costado ir poco a poco logrando igualdad y respeto. Esas palabras merecían una enérgica respuesta y justificaban la marcha. Por otro lado, aunque al parecer las palabras de Ulloa fueron manipuladas por los medios de comunicación, no es nuevo echarle la culpa a la víctima del abuso/agresión. Pasa incluso en el tema de la seguridad ciudadana: si a uno lo asaltan en la calle, es culpa de uno por andar usando sus aparatos en público, no del ladrón. A las mujeres, en todo lado, se les echa la culpa (al menos en parte) cuando sufren abuso por supuestamente andar "provocando". El mensaje de la marcha en ese sentido fue claro y contundente: a la mujer se le respeta independientemente de lo que use, punto, no hay justificación.

Tampoco es nuevo el machismo de la iglesia católica como institución, puede verse en la organización misma de su jerarquía y en su interferencia en toda política que pretenda darle a la mujer algún control sobre su cuerpo, ya sea el uso de métodos anticonceptivos o la interrupción del embarazo. Hace tiempo, esta actitud y esa injerencia merecían una manifestación enérgica.

Tampoco es nuevo en la iglesia católica echarle la culpa a todo y a todos excepto a ellos mismos. Si le echan la culpa a los menores por los abusos de los curas pedófilos, ¿que puede esperar de los abusos contra las mujeres?

Las organizadoras

Mis respetos. Valientes mujeres que se le fueron a plantar en la puerta de su casa a la institución que por años las ha tenido encadenadas directa o indirectamente. En poco tiempo, lograron convocar a una gran cantidad de gente, cosa bastante dificil en este país de gente conformistas que prácticamente solo protesta cuando le tocan la bolsa.

Los medios de comunicación

Lo hicieron de nuevo: manipular a su antojo y conveniencia la noticia. No es la primera vez que lo hacen. ¿Quien puede olvidar aquel infame titular "Quieren sacar a DIOS de la Constitución", con el que el periódico la Nación cavó la tumba de la discusión de la necesaria reforma constitucional para eliminar la confesionalidad del Estado? En esta ocasión, se enfocaron y dieron excesivo énfasis a algunas consignas incendiarias que no reflejan el mensaje central de la marcha ni mucho menos las intenciones de las organizadoras. Pero al darle tanta importancia, desviaron la atención de lo verdaderamente relevante y alimentaron las hogueras de los ya de por si numerosos machos ticos y los sectores más conservadores.

La iglesia

¡Ah, la iglesia! La eterna víctima, la gran incomprendida, la "experta en humanidad" (nunca una frase tan corta contuvo tanto cinismo y descaro), se rasga las vestiduras cuando siglos de represión le estallan en la cara. Hacen uso de los números inflados de la asistencia a su máximo evento para clamar ser una "inmensa mayoría" (aunque cada día hayan menos católicos, extrañamente cada año hay más romeros... según ellos). Siempre en una posición de superioridad moral, despreciando a los sectores minoritarios herejes que se atreven a criticarla a ella o a las creencias que alimentan.

No, las creencias por si mismas no merecen respeto. Lo que merece respeto es el derecho de una persona a creer lo que quiera, pero si adoran a un trozo de piedra esculpido torpemente con forma de mujer, no esperen demasiado. Y tampoco es que hubo una quema pública de imágenes de la negrita, los actos teatrales que se hicieron durante la marcha lo que hicieron fue ponerle un poco de ropa interior a la imagen, nada del otro mundo. No debe existir nada, NADA tan sagrado como para ser inmune a la crítica o a la sátira. Si yo tolero que durante algunos días el tránsito hacia la ciudad en la que vivo se vea interrumpido o retrasado por su peregrinación, al menos uds toleren bromas ocasionales al respecto.

Los manifestantes

En general me parecieron geniales los mensajes de las pancartas. Me encantó ver familias enteras participando, también gran cantidad de varones apoyando la convocatoria hecha por los grupos feministas. El único punto negro fue las consignas que llamaban a "quemar la conferencia episcopal". Me parece que hay que tener cuidado en no traspasar el límite. Como he dicho antes en otros contextos, la libertad de expresión tampoco es absoluta, hay reglas claras. En este caso, con esas consignas, le están poniendo en bandeja de plata a la iglesia su papel de victimas, incluso podrían demandar (y probablemente ganar) por amenazas contra un edificio y organización muy real como lo es la CECOR (aunque uno sabe que obviamente quienes gritan esas consignas no van a ir a quemar nada). Creo que debe haber un poco de conciencia de parte de los que asisten, y que enfoquen toda esa energía que siempre los ha caracterizado a otro tipo de consignas que no se presten para el circo que los medios siempre están deseosos de hacer. Además, si nos ponemos a ver la cosa desde el otro lado: ¿que haríamos nosotros si en una manifestación católica se ponen a gritar y cantar que van a ir a quemar la casa de los líderes de organizaciones por los derechos gay, feministas y seculares? ¿Seríamos tan indulgentes como lo estamos siendo con nosotros mismos? No lo creo. Y esa es mi única crítica.