miércoles, 28 de octubre de 2009

Legitimando al poder religioso en Costa Rica

De cara a las elecciones presidenciales y de diputados de Costa Rica en 2010, la iglesia católica nacional ha emitido un documento con sus recomendaciones a los diferentes sectores de cara al proceso que se avecina. Están en su derecho de expresarse como institución parte de la sociedad que son. Esta vez mi crítica no se centra en ellos (y aqui no hay que usar lenguaje inclusivo dado que la conferencia episcopal ha estado siempre formada exclusivamente por varones), ni siquiera contra su mensaje, de hecho, comparto su llamado a los candidatos a no gastar tiempo ni recursos (que a la larga pagamos todos) en ataques personales, si no que se centren en ideas y propuestas.

Mi crítica es a la excesiva importancia que se le da a cada palabra que sale de la boca de los obispos, tanto de parte de la prensa, como de los mismos candidatos, que no hacen más que legitimar continuamente el poder religioso sobre el resto de los componentes de la sociedad. Me refiero a la nota que salió en el Diario Extra, titulada: "Iglesia quiere iluminar conciencias en campaña". En ella sale la fotografía que acompaña a este párrafo, en donde vemos al grupo del cual saldrá el siguiente presidente de la República, cual niños en clase de catecismo, muy juiciosos, poniendo atención al obispo mientras les jala las orejas y les dice como deben hacer su campaña política. Llama la atención como todos asisten a estas convocatorias eclesiásticas, y sin embargo, cuando de debates se trata, no todos consideran importante asistir.

Esta actitud es comprensible: para ganar las elecciones, el candidato no puede darse el lujo de no contar con el visto bueno de los líderes religiosos, y entre más aparezcan junto a los "representantes de dios en la tierra", mas probabilidades de obtener el voto de la gran masa de feligreses, cuya intención es astutamente "guiada" desde el púlpito. Esa forma de populismo me parece detestable, y me cuesta ver diferencias entre la situación que se daba en la edad media (aún persiste en muchas partes del mundo), en donde el poder político representado por el rey o el emperador, debía ser antes legitimado por el poder religioso, y esto lo veíamos en el acto de coronación. Esa necesidad que sienten los candidatos de sumisión frente al poder que supuestamente representan los obispos, para así ganarse al pueblo, me parece peligrosa. Este tipo de convocatorias no son para nada inocentes y por eso la iglesia católica se inmiscuye en cuanto acto político pueda, para perpetuar su poder y luego reclamar su influencia en cuanta iniciativa amenace con ir en contra de su doctrina. Los candidatos y candidata son cómplices, conscientes o no, de esto. Por esta y otras razones, ninguno de esos personajes contará con mi voto.

También debo decir que, me sorprende como algunas personas se rasgaron las vestiduras ante una iniciativa denominada "Red de Control Ciudadano", por considerarla una blasfemia contra el sagradísimo e incuestionable TSE, pero, ¿dirán lo mismo acerca de la "iluminación" de conciencias, que desde lo alto nuestros ilustres obispos quieren hacer?

2 comentarios:

César B. dijo...

Como dije en FB: A mí que no me "iluminen la conciencia" por favor, me suena demasiado a antorchas y hogueras...

Anónimo dijo...

Sí, los religiosos tienen un respeto que no deberían tener, eso me recuerda una anécdota que le pasó a mi madre en el hospital en la que a ella (una nutricionista) un sacerdote le pidió algo de comida para un paciente y mi madre "osó" decirle "Padre, ¿no me está mintiendo?", una compañera de trabajo corrigió a mi madre diciéndole "¡Es un padre!" como si por el hecho de ser sacerdote le sea imposible mentir... y mi madre se disculpó por dudar de él.